Boca en la que quedó mi punto final. |
No. Si, si sabes. Pero es fácil -dicen por ahí- no asumir, dejar el destino a manos del tiempo, un tiempo que quiere la locura, éxtasis del que siente la cordura golpearse una y otra vez la frente contra la pared de la devastada dignidad, enloquecerte hasta perder el control, y así, reincidir otra vez. Si. No. No se. Quizá. Enloqueces. Reincidís. Y nunca encontrás ese punto final del final desde el cual quisiste empezar.
Antonella .
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