Si guardamos el pasado en una caja, si cerramos los
recuerdos para no volverlos a vivir, si es mejor mantenerlo a un costado del
presente, si olvidar es lo que corresponde, si intentamos cada día hacer un
nuevo camino, si seguimos por sobre las derrotas, si maduramos en los errores y
si las convicciones nos traen nuevas oportunidades… ¿Qué carajo ganamos
revolviendo lo que fue y lo que no pudo ser, lo que sería y las utopías que se
nos frustraron? ¿Cataloga como aprender de los errores la angustia que se
genera en el interior? ¿Para qué indagamos
nuevamente en aquello que no tuvo solución tiempo atrás? ¿Con qué puto fin nos
rompemos el corazón nosotros mismos?
Ese cúmulo de situaciones que me hizo tan feliz, hoy siento
me parte al medio; esas hojas escritas son las palabras más vacías que hoy
puedo leer, y describen el miedo que le tengo a una nueva ilusión; esas fotos
que nos reflejan, muestran también que no todo fue como quería que fuera.
Hay cosas que marcan y no se olvidan, aunque rompas cartas, aunque
quemes fotos… Hay parte de mi vida que se fue cuando se marchó, y a pesar que
le pida al río que su recuerdo se vaya con sus olas; cuando menos los espero,
vuelve al lado mío; y aunque no quiera, me invita a no olvidarlo.