VOS

Ni vos me buscas, ni yo te encuentro.

Ni vos me extrañas, ni yo te pienso.

Ni vos me esperas, ni yo desespero.

Ni vos me peleas, ni yo te enfrento.

Ni vos me odias, ni yo te detesto.

Ni vos me amas, ni yo te quiero.

Antonella.

martes, 6 de julio de 2010

A veces...


A veces uno se rinde, deja ganarse, y aprende que perder también es de ganadores; porque gana la felicidad del recuerdo y la melancolía de las vivencias, e intenta encontrarle la explicación a eso que dejamos, a eso que se aleja, a eso que cambia... Para que por el resto de nuestras vidas sea la incógnita de lo que pudo haber sido.


A veces uno ama en silencio, para uno mismo, entregando todo, en pensamientos, en sueños; a veces uno aprende a amar así y no quiere cambiarlo, no quiere perder la magia del secreto que nos condena.


A veces uno sólo quiere alejarse, a veces sólo quiere no responder, no mirar, no hablar, no volver, no gritar, no sentir; a veces uno sólo quiere ocultar y esconder la verdadera esencia para ser lo que los demás esperan de uno.


A veces uno quiere morir, a veces vivir más que nunca; a veces borrar el mundo, otras tantas recordarlo todo; en ocasiones, olvidar, para dejar de sentir, y olvidamos que el olvido es volver al sentimiento, y ese volver a sentir nos muestra que a veces a pesar de todo, uno no quiere borrar ni cambiar lo que pasó, para aprender, para mejorar, para crecer.


A veces comprendemos que el presente es tener en cuenta los detalles de nuestro pasado, es crecerse cada día, a cada momento, en cada acción, cada gesto, mirada, palabra, en cada segundo de la historia que escribimos.


A veces cambiamos el curso de las cosas, ponemos trabas a nuestros sentimientos, frenamos para no continuar, frenamos por miedo a salir lastimados, frenamos para pensar de que manera actuar correctamente, sabiendo que si nos detenemos y lo volvemos a meditar vamos a hacer la elección incorrecta, porque muy adentro algo nos guía a hacer lo que sentimos en el corazón, no siempre la racionalidad nos da felicidad.


Por eso hoy elijo no ser consecuente, no pensar tanto... No planear como voy a mirarte cuando vuelva a verte, no predecir como será nuestra conversación, no imaginar que lugar va a unirnos de nuevo, no desear que una excusa te acerque a mi... Voy a buscarte cada vez que tus ojos se reflejen en mi mirada, voy a traerte a mis brazos cuando sienta la necesidad de que tu cuerpo recubra al mío, te llamaré cuando las ganas de robarte un beso sean incontenibles, me acercaré cada vez que la distancia me duela, y a veces... Sólo a veces dejaré del lado al corazón.

Antonella.